Mucha gente piensa que el lujo es cuestión de dinero. La mayoría de las veces no es así.
Todos podemos permitirnos llevar una vida de lujo. Sólo tenemos que cuidarnos con unos simples gestos.
Naturaleza
Estar en contacto con la naturaleza es bueno tanto para la mente como para el cuerpo. Es una gran suerte vivir cerca del lago y de las montañas. Pasear por el bosque, respirar el aire puro, tocar los frutos de la tierra: todo esto es un lujo. Poder admirar los colores del lago que cambian cada día, ofreciéndonos paisajes siempre nuevos, es un lujo. Oír el piar de los pájaros, el fluir del agua del río y el viento en las ramas de los árboles es un lujo. ¿Has pensado alguna vez en eso?
Un ramo de flores
Las flores dan mucha alegría. Podemos crear un rincón de lujo en la casa con un simple ramo de flores. Podemos comprarla en el mercado o en la tienda o -por qué no- podemos recoger las flores que nos regala la naturaleza. Basta con pasearse por un prado o por la montaña para tener bonitos ramos de flores que colocar en un punto de la casa que queramos hacer lujoso. En invierno bastará con recoger algunas ramas y decorarlas con luces. El efecto está garantizado.
Tiempo para nosotros mismos
Siempre estamos corriendo y ocupados con mil tareas. Dedicar tiempo sólo a nosotros mismos es realmente un lujo. Intentemos dedicar unos minutos a nosotros mismos cada día. Podemos dedicarnos a leer (¡las bibliotecas vuelven a estar abiertas!), ver una película o escuchar buena música. Un baño caliente con unas velas encendidas y un aroma que nos relaje es un buen mimo. Incluso untarse un poco de crema en la cara o en las manos puede convertirse en un momento para nosotros mismos, si se hace con calma. Son pequeños placeres que cuestan poco, pero que valen mucho.
Personas que amamos
Poder pasar tiempo con las personas que queremos es realmente un lujo, aunque a menudo lo demos por sentado. Es muy agradable pasar tiempo con la familia y los amigos. Asegurémonos de que son tiempos de calidad. Prestamos atención a sus necesidades, creamos un ambiente acogedor. Ya sea al aire libre o en el interior, hay cosas que harán que estos momentos sean lujosos: una agradable música de fondo, un aroma agradable y no demasiado fuerte en el aire, algo delicioso para disfrutar junto con el café o el té ofrecido en un cuenco o un bonito platillo. Bastan pequeños gestos para que un aperitivo o una sobremesa sean especiales.
La mesa
Comer es un gesto que hacemos varias veces al día, casi de forma automática. Intentemos prestar atención a la mesa. Mucha gente come con prisas, algunos incluso se quedan apoyados en la cocina (lo admito: a mí también me ha pasado en periodos especialmente ajetreados). De vez en cuando nos fijamos en dónde comemos. Para que una comida sea lujosa basta con crear el ambiente adecuado: un mantel limpio, una vela o una flor como centro de mesa, la vajilla cuidadosamente colocada en su sitio, la comida cuidadosamente colocada en el plato. Y es inmediatamente una comida de lujo.
Más oro en el hogar
Para que toda la casa sea más lujosa, basta con prestar atención a los pequeños detalles. El dorado es el color que más da sensación de lujo a la casa. Basta con elegir las manillas de puertas y ventanas y las tapas de los interruptores de latón para conseguir un efecto de lujo. Si tienes elementos de hierro forjado (por ejemplo, una mesa de centro en el salón) basta con repintarlos en dorado para embellecer toda la habitación. Unos cuantos marcos dorados en las paredes o en las estanterías los harán aún más preciosos. Una gran alfombra y unas cortinas en las paredes a juego con los cojines del sofá darán ese toque extra de sofisticación a toda la habitación.
No hacer nada
No hacer nada también es un lujo. En nuestras agitadas vidas, no poder hacer nada se ha convertido en una excepción. Para convertirlo en un hábito, sólo hace falta un poco de organización. Algunas personas se levantan temprano y disfrutan del espectáculo del sol naciente, otras prefieren relajarse por la tarde al final del día. En cualquier caso, encontrar el espacio y el tiempo para no hacer nada es importante tanto de niños como de adultos. Permite a nuestro cerebro activar funciones que de otro modo no se activan. Saber organizar el tiempo y el espacio en casa (por ejemplo, con una rutina diaria de tareas), nos permitirá disfrutar del lujo de no hacer nada.
El lujo está al alcance de todos, cada día: permitámonos hacerlo.