La mudanza es sin duda uno de los momentos más emocionantes de la vida de una persona.
Sin embargo, si no se organiza bien, la mudanza puede ser también uno de los momentos más estresantes.
Una buena organización es imprescindible para vivir con tranquilidad el cambio de casa.
He aquí algunos consejos para que disfrute de su mudanza.
Dos meses antes de la mudanza
Unos dos meses antes es bueno empezar a dar los primeros pasos:
- haz una lista de todo lo que quieres llevar a la nueva casa. Esto te ayudará a organizarte mejor (cuántos viajes tendrás que hacer, cuántas cajas llevar...) y a definir las prioridades (las cosas que más necesitas serán las últimas en ser empacadas).
- piensa en cómo proceder con el embalaje de las cosas que se van a trasladar: es mejor proceder por categorías, empezando por las cosas que hace tiempo que no utilizas y sólo al final poniendo en cajas las cosas que necesitas a diario.
- pida presupuestos a empresas especializadas, si decide confiar a expertos la mudanza o parte de ella (por ejemplo, el transporte de las cosas más pesadas y voluminosas o el montaje de muebles y electrodomésticos).
- infórmese de las restricciones de aparcamiento o de carga y descarga. Si necesita una plataforma elevadora, tendrá que solicitar un permiso específico.
- empieza a conseguir cajas, cinta adhesiva, etiquetas, papel de periódico y plástico de burbujas.
- contrata a algunos amigos o familiares de buen corazón que estén dispuestos a emprender esta aventura contigo.
Veinte días antes de la mudanza
Este es el momento adecuado para aprovechar la mayor oportunidad que ofrece una mudanza: tirar (o donar) todos esos objetos rotos, caducados, inservibles o que ni siquiera sabes que tienes desde hace tiempo. Optar por llevar a tu nuevo hogar sólo las cosas que más te gustan es el mejor comienzo de una nueva vida.
Una vez hecho esto, puedes empezar a empaquetar los artículos que has decidido llevar contigo.
Es esencial escribir en cada caja el contenido con la mayor precisión posible. Esto le ayudará a no volverse loco cuando esté en su nuevo hogar.
Si hay artículos frágiles o valiosos, además de tener mucho cuidado al embalar, es útil hacer algunas fotografías y escribir "Frágil" en la caja. Si se recurre a una empresa especializada, es posible que no se responsabilice si estos elementos se rompen.
Tanto si confía en una empresa como si lo hace usted mismo, es fundamental hacer un plano de la distribución de los muebles. Saber exactamente dónde se colocarán los muebles evitará perder tiempo (y aumentar el estrés y los costes) y le permitirá saber si los muebles de la antigua casa pueden adaptarse a la nueva (¡tenga cuidado de tomar las medidas exactas!).
La semana anterior a la mudanza
Ya casi estamos. Pronto se mudará a su nuevo hogar.
Es aconsejable hacer una maleta con las cosas que necesitará para los últimos días en su antigua casa. Todo lo demás se puede empaquetar.
En estos días también se puede proceder a la tramitación de procedimientos burocráticos: cambio de residencia, cambio de contratos de servicios públicos domiciliarios, comunicación de la nueva residencia a bancos, compañías de seguros, etc.
Durante estos días también se empaquetarán los objetos imprescindibles, los que usas a diario. Es mejor proporcionar una caja para cada habitación.
Para la cocina pondremos platos, cubiertos, vasos, ollas, tazas/tazas, mantel, servilletas, unos paños de cocina y conservas.
En la caja del dormitorio pondremos almohadas, sábanas, mantas, pijamas y zapatillas.
En la caja del baño pondremos la pasta y el cepillo de dientes, el jabón, el champú, las toallas, el peine y todo lo necesario para el aseo.
El día de la mudanza
Por fin ha llegado el fatídico día.
Es importante no entrar en pánico y recordar los últimos cumplimientos importantes.
Es bueno tomar una foto de los contadores de electricidad, agua y gas, tanto los antiguos como los de la nueva casa. Pueden ser útiles en caso de que se produzcan cargos indebidos.
Cuando la antigua casa esté vacía, organiza la limpieza. Puedes contratar a una empresa de limpieza o hacerlo tú mismo.
Dejar la casa en orden es el último acto de gratitud a un hogar que te ha acogido hasta ahora.